Tal vez parezca poco sensible
jugar al grinch de la semana santa, pero juro por la posible existencia de Dios
que no es mi intención. Simplemente desde mi posición de outsider tengo derecho a reflexionar sobre la festividad por la
cual recibo dos días de descanso pago… a pesar de no creer.
Lo bueno del agnosticismo es que
uno es un outsider a medias. De hecho, ser agnóstico es genial. Los ateos te
respetan, los creyentes no te aborrecen… tanto. Cuando mueras, si
definitivamente Dios no existe, no te sentirás tonto por haberte pasado la vida
venerándolo. Por otra parte, si resulta que sí existe, tal vez sea posible que
decida enviarte al cielo después de todo, ya que te aferraste a una pequeña
esperanza aun sin contar con evidencia; y fuiste bueno sin necesidad de creer
ciegamente en la existencia de un dios castigador, lo que es bastante meritorio
en estos tiempos. Como agnóstico soy capaz de vislumbrar la existencia de un
dios ordernador del universo, pero no podría verlo como un legislador —aunque soy consciente de que la moral cristiana sigue teniendo un peso muy grande en el derecho moderno—.
Entonces, los agnósticos nos
situamos en un punto medio muy cómodo. Posamos de humildes, con
comentarios del tipo «Me parece algo ofensivo para con Dios que pretendas
conocerlo con precisión. Saber exactamente cómo es y qué opina sobre todo», o «¿En
serio crees que lo que ves es todo lo que hay? ¿Y las grandes preguntas
que aún no contesta la ciencia?».
Pero la verdad es que los
agnósticos nos creemos superiores. Juzgamos a los cristianos por su ingenuidad
y a los ateos por su falta de imaginación. Incluso el ateísmo puede tornarse
militante. El agnosticismo no. Por naturaleza es falto de compromiso y hasta
irónico. Aunque el agnosticismo a veces sea representado por un signo de
interrogación, no es que nos la pasemos preguntándonos si en verdad Dios
existe. Es decir, sería interesante saberlo, pero, al menos en lo personal, no
es una información fundamental.
¿Cuál es el punto con
que exista o no si igual las cartas están ya jugadas? Si nos va bien, mérito
de Dios. Si no vas mal, Dios poniéndonos a prueba o preparando el camino ante
algo mejor. Nunca nada será su culpa, porque se supone que no comete errores. Ser homosexual está mal, pero no es que
dios los haya creado así. ¡¿Qué clase de dios sabio haría un ser de una forma
que tiene que ser cambiado so pena del fuego eterno!? Con seguridad los
homosexuales no nacen, se hacen. Esas
son el tipo de cosas que te dirá casi cualquier cristiano.
Como apuntó alguien por ahí «Dios es como
un casino. Nunca pierde». Incluso ya está escrito que derrotará a satanás. ¿Y
cuál es la motivación de satanás para combatir si sabe que igual saldrá
derrotado? ¿Reunir el mayor número de almas perdidas para torturarlas?
El punto es que ante una visión
teológica tan rígida, ¿cómo no sentirnos tentados a desarrollar nuestra propia imagen
de Dios? Un dios al que le preocupen cosas más trascendentales que si te
acuestas con tu novia o te masturbas pensando en la vecina casada.
Leer Oración por Owen de John Irving me hizo reactivar mi lado místico y
mi capacidad de creer en milagros y misiones de vida, pero al mismo tiempo
reafirmó mi desprecio por la hipocresía eclesiástica (al menos en su mayoría de
instituciones). Y es que básicamente te obligan a creer fervientemente que hace
dos mil años una espíritu embarazó a la esposa de un carpintero, pero de
ninguna forma aceptarían una historia parecida en estos tiempos. En sus
escrituras tienen al único y verdadero mesías. No hay lugar para la salvación
en ningún otro lado. Si tú o yo argumentamos haber nacido de madres vírgenes,
nos etiquetarían de locos o herejes. En suma, el buen libro, el de Irving
me hizo más agnóstico.
Cierro esta reflexión con el
mejor argumento, y probablemente el más pretencioso, que tenemos los agnósticos: si de verdad existe un ente divino de inteligencia superior, no debería culparnos realmente por dudar y cuestionarnos acerca de su naturaleza. ¿O sí? ¿Qué sentido tendría que nos hubiera dado inteligencia si íbamos a basar toda nuestra existencia, opiniones y acciones en un viejo libro escrito por un montón de gente distinta, y que sufrió muchas traducciones y manipulaciones?