jueves, 14 de julio de 2011

El sueño Bloggero.

Como sentía cierta presión para volver a escribir y en el momento en que finalmente me encontré en disposición ya todas las ‘buenas ideas se habían ido’, decidí apelar a lo simple, a una técnica ya clásica: que el mensaje se refiera al medio. Tal como cuando al estudiante de audiovisuales o radio se le dificulta ingeniarse una buena idea para una crónica y decide hacerla sobre mí mismo, un estudiante universitario enfrentándose a la presión del medio universitario y a sus problemas de creatividad e indecisión, pasando de una idea a otro y a otro.

Más o menos eso es lo que traigo en este momento. Una entrada de blog a manera de reflexión sobre lo que implica tener un blog. Y no es poca cosa considerando que bloggeo desde el año 2006 y ya son como 6 o 7 direcciones firmadas con mi nombre, todas completa o parcialmente abandonadas. Hoy he venido a salvar ‘La Enajenación al poder’ y veremos qué tal sale.

La idea de algo parecido a un blog siempre existió como un sueño en mi adolescencia, cuando sin conexión a internet, ni esperanzas de tenerla, pasaba horas (recuerdo aquellas bellas horas) escribiendo reseñas de discos, visiones sobre el mundo y declaraciones personales por las que no me pagaban y que nadie leía. Tiempo después el sueño se cumplió. Encontré que internet me daba la posibilidad de que gratuitamente mi material fuera leído, compartido y comentado por usuarios alrededor del mundo, y aunque no recibiera beneficio económico por ello la realización personal que otorga una buena valoración de un desconocido es incalculable.

Así empecé a los 19 años. Pero sin una dirección clara, aunque con mucha pasión, fui llenando mi primer blog de escritos desgarradores, llenos de angustia juvenil que eran difíciles de ofrecer a un público mayoritario. Era finalmente, como muchos, un blog para mí mismo y para uno que otro amigo. Para que terminaran preguntándose por mi salud emocional y si sería posible que cometiera suicidio. Al mismo tiempo, subsistía ese estilo con otro más limpio y bien enfocado. Al fin al cabo como futuro comunicador social, y persona interesada en los asuntos humanos, podía ofrecer una experiencia un poco más profesional y universal. No sólo abarrotar los anaqueles de internet con quejas y relatos de sueños rotos, sino producir textos realmente ilustradores y enriquecedores. De allí surgieron Pertinente, El Diario del Melómano y el blog que se encuentra leyendo actualmente.

Este ideal de trascendencia termina siendo el de un porcentaje realmente bajo de los blogs que se abren en el mundo. Incontables los blogs que se quedan abandonados a la primera entrada o ni siquiera llegan realmente a justificar el acaparamiento de direcciones (casi todas las buenas) al sólo dedicarse a postear nimiedades, o fotos o videos prestados, para las que Facebook o Tumblr pueden bastarse bien.

El verdadero bloggero es el que siente un compromiso con el espacio que ha generado, porque quiere comunicar algo al mundo y construir experiencia intelectual en la red, pero se choca con muchas barreras. ¿Hay de verdad gente con tiempo para leer todas las entradas que tan bienintencionadamente se escriben a diario? La mayoría de los blogs, aún de los que tienen la clara intención de convertirse en herramientas útiles para muchos individuos, terminarán siendo leídos por nadie. En parte porque pocos tienen la paciencia y el ingenio para echarse a cuestas a un blog que combine constancia y calidad, que conserve una línea coherente y cumpla las expectativas del público más dispuesto a distraerse de la historia. Por ejemplo. Usted está leyendo en vez de ver porno, o chatear con la persona que le gusta, o jugar un novedoso disparador en primera persona o verse el último estreno de Hollywood. Y lo hace porque dentro del complejo proceso de organización y jerarquización de la blogósfera, yo quedé relativamente bien ubicado y tengo lectores. Pero en cualquier momento puedo perder su atención, quizá para siempre.

Internet está plagado de gente común pero talentosa y además de competir con ellos están también los grandes medios, que también tienen sus propios bloggeros. ¿Cómo lograr que a uno lo lean? Hasta hace uno o dos años esta pregunta, y la incapacidad de responderla, era casi suficiente motivo para abandonar el ejercicio bloggero. Sin embargo hubo transformaciones importantes y el furor de Facebook y más recientemente Twitter, ambos enormes facilitadores del trabajo de ‘compartir tu arte’ pusieron el sueño bloggero nuevamente en camino. Y es que en general ahora en internet todo se conecta con todo y los esfuerzos creativos ya no se ven tan aislados. Tu Flickr apoya a tu a Tumblr y éste a tu Twitter y éste a tu blog (y todos con todos) y si se dispone del tiempo y la pasión necesaria el ideal de generar contenidos y que estos tengan consumidores reales no está tan lejos. Hay que tener una buena idea y llamar la atención hacia ella publicitándola en todos los medios al alcance.

Difícilmente lograría tantas visitas en este, y mis otros blogs, sin una cuenta de Twitter manejada con cierta destreza y constancia. No se trata sólo de reconocimiento, pero éste es muy importante. Haciendo referencia un poco al mensaje de presentación de este blog, si bien no me pagan por esto, si al menos un par de personas consideran que lo que yo hago es un poco mejor que basura y quedan con ganas de leer más, siento que no hay razones para bajarse del sueño bloggero.


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2 comentarios:

  1. Juan Manuel, muy interesante, no había leido nada de esto por ningun lado (eso demuestra mi poco interes), pero sin duda tiene bastante sentido y se lo creo.

    Yo, que no me considero un bloggero o bloguero tengo 7 blogs, de temás consistentemente distintos entre sí, siempre me pregunte si alguna de sus entradas era leida, y como nunca encontre una forma de responderlo deje de hacerlo, me dedique a escribir simplemente para dejar registros y con eso es suficiente, así que generalmente no recurro a difundirlos en cualquiera de las redes sociales en las que participo.

    Sin embargo, estoy de acuerdo y es para mí un verdadero motivo de orgullo que en uno de mis blogs, para cada entrada, existe por lo menos un comentario de un lector, sea amigo ó no, y el poder interactuar con él es infinitamente enriquecedor.

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  2. Juan Manuel
    ¡¿Cómo es que yo me había perdido esta entrada?! Suelo leer tus entradas y ésta en particular digamos que cae como anillo al dedo porque en los últimos días he estado preguntándome si comienzo un blog o no. Digamos que he tenido un montón de ideas y preguntas y algunas de esas están planteadas y no resueltas aquí (supongo que tu intención no es resolver dudas, sino presentar tu punto y posición al respecto), y por eso me gustó tanto leer esto hoy.
    Un saludo.

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