lunes, 24 de enero de 2011

El negocio cambió: Un nuevo intento por hablar de piratería.

Tema espinoso, 'jarto', mamón, a veces. Pero como algunos viven en las sombras aún, es bueno recordar puntos clave.

Una cosa está clara: el sistema económico rigente busca sacarle a cuanta cosa produce, utilidades astronómicas, infinitas, pero cuando algo se lo impide empieza a dar pataletas y a justificarse. Sé que este inicio para mi artículo suena muy mamerto, pero ya verá que, sin necesidad de recurrir a mensajes panfletarios comunistas ni términos como ‘Explotación’ o 'Expropiación', hay argumentos serios para llegar a la ‘verdad’ del asunto.

Nos encontramos con una industria, la musical, gritando y peleando tan fuerte como puede, porque la están robando. ¿De verdad la están robando? ¿Se puede considerar robo a una actividad tan fácil, al alcance de cualquiera y apoyada por tantas tecnologías novedosas como descargar música? Lo que sucede es que, como decíamos, la industria quiere seguir siendo, o tal vez ser más rica que siempre. Lo que se está poniendo en entredicho es la posibilidad de que los productores sean multimillonarios, los dueños de las disqueras multimillonarios, y hasta los artistas – que suelen tener una participación injustamente baja de las ganancias – también millonarios. El problema no es que la industria pierda y la música deje de existir – ¿Ha visto cómo viven la mayoría de los artistas? Especialmente los que más se quejan de la piratería -. La música no muere por eso. Si un artista deja de sacar música decepcionado por un bajón en las utilidades, es porque realmente no le gusta el arte y sólo está por la fama. Y si es así, ¿quién lo necesita? El problema es que la ambición manda, y eso hace que se invada al público con mentiras.


South park y la pirateria

No podría quedar mejor ilustrado

Ahora, de nuevo, no soy comunista, sí tengo tendencias izquierdistas, pero lo que estoy intentando que se entienda lo podría decir así fuera un neoliberal ferviente. No es que esté en contra de que la gente sea millonaria. Y si lo estoy, no importa para efectos de este artículo. Digamos, guiándonos por la lógica dominante, que ser rico está bien. ¿Quién no quiere ser rico? La madre al que diga que no. Está bien ser rico, entonces. El neoliberalismo así lo busca. Pero se trata de que la gente llegue a ser rica a través de la puesta en juego de una serie de atributos (talento, creatividad, viveza, oportunismo, etc…) unos moralmente aceptables, otros no tanto, no importa. De alguna forma, un esfuerzo hay que hacer. Es ilógico querer hacerse rico vendiendo maní en la calle, o limpiando vidrios o escribiendo poesía sin gracia, ¿no es así? Es ilógico querer ser rico vendiendo productos más caros y de menor calidad, o vendiendo como novedades cosas que ya están obsoletas, o haciendo las cosas más lento que la competencia ¿no es cierto? ¿Ha visto que eso es más o menos lo que le pasa a la industria de la música? Llora porque no puede mantener su margen de utilidades con un negocio que está pasado de moda, porque le pone precios altísimos a un producto que alguien más da gratis: a través de medios que en su origen son legales y por lo cual es tan difícil ganar la batalla legal. ¿Los dispositivos MP3, las conexiones rápidas a internet, las copiadoras de CD son acaso invento de comunistas y vándalos? Hasta Google es cómplice de la violación a los derechos de autor. Es algo inevitable. Alguien lo hace más rápido, fácil, y en ocasiones hasta mejor.

Las pretensiones de esa industria toman como ciertas dos ideas falsas: Que hacer música es caro y es difícil. Son mentiras. No entremos en temas complejos de gustos y calidades, pero si la música fuera tan difícil de hacer, fuera un don tan excepcional, tan lejos del hombre común y corriente, no tendríamos miles y miles de artistas regados por el mundo, haciendo tantas canciones. Por supuesto que no aparece un Pink Floyd o un Velvet Underground cada semana, pero sí hay montones y montones de artistas que los grandes medios ni referencian, y seguro ellos no se quejan tanto de los ilegales. Cualquiera sabe que los bienes más escasos, raros y difíciles de producir obligadamente tienen que ser más difíciles de adquirir: por eso el oro es más caro que las papas aunque las papas sean más ricas. Hacer música no llega a ser como extraer oro, aunque ciertamente la música me parece un bien más precioso. Pero la música no escasea, porque el talento humano es infinito. Tampoco es tan caro y lo prueba que hayan tantísimas bandas independientes y autogestionadas.

Si se fuerza a la gente a pagar lo que se quiere que se pague por las producciones musicales, llegarían a conocer realmente poco del universo musical que tenemos. Si usted elimina la piratería, no va a convertir todas las descargas ilegales en compras legales. La gente no tiene tanto dinero. ¿Creen acaso que tengo para comprarme originales los más de 2000 álbumes que tengo en mi computador? Además sin los mecanismos de compartir música, no se podría conocer a las bandas lo suficiente como para querer comprar un disco original, y peor, asistir a un concierto. Contrario a lo que algunos suponen, la piratería afecta menos a los pequeños que a los grandes, ya que ellos lo que necesitan es publicidad. ¿De qué sirve que tengamos una legislación que proteja a las bandas obligando a que le compren el disco por 15 o 20mil pesos, si la gente no conoce lo suficiente de su música? Más fácil le invierte eso a un disco de Radiohead o Rihanna, cuya ‘calidad’ está más que comprobada. Por eso Pornomotora empezó a regalar sus discos, porque en las tiendas se estaban llenando de polvo. Supongo que un artista de verdad prefiere que su música sea conocida en todo el mundo que vivir en una mansión. Además si su música no es conocida en todo el mundo, difícilmente le alcanzará para la mansión.

Tener un producto original es simpático, tiene un gran valor emocional, y por eso la gente lo sigue haciendo a pesar de que sea desventajoso. Yo lo haría, eventualmente, en una situación un poco más cómoda. Muchas personas, de hecho, se han comprado original el disco que descargaron porque necesitaban saber si valía la pena. Esa es otra ley del mercado, uno tiene que conocer bien lo que va a comprar antes de comprarlo. ¿Ven que ataco a la ‘máquina’ con sus propios preceptos?

La industria si quiere seguir existiendo debe perder esa obsesión con la música grabada, que igual se sigue vendiendo. Entender que no está vendiendo LA MÚSICA, porque gracias a la tecnología, esta se convirtió en una entidad etérea que va de aquí para allá y no está aprisionado en un plástico redondo. Lo que hace es vender parte de la experiencia que trae la música, a través de un objeto coleccionable, de un artículo de estatus, más que algo realmente ‘útil’. La música es un animal suelto. Está en YouTube, en el celular, en la radio, en el bar, en el computador de tu amigo. Lo que hay es experiencia musical, y eso todavía se puede explotar comercialmente, con productos más difíciles o imposibles de falsificar: merchandising, Conciertos, sobre todo conciertos. La experiencia en vivo es única e irreemplazable, y así les de pena y miedo decirlo a los que defienden el statu quo, la piratería favorece las asistencias a conciertos.

Señores, el negocio cambió.

Todo sin hablar del enorme valor que tiene la piratería para acortar la brecha entre las sociedad ricas y pobres y aumentar el capital cultural e intelectual de los individuos, permitiendo que economías familiares modestas se den el lujo de tener discografías y filmografías completas, libros en otros idiomas, joyas literarias o académicas que hace 10 años serían un sueño inalcanzable para un universitario o colegial colombiano estrato 3. Perdón, pero yo estoy seguro de que al señor Woody Allen poco le afecta que yo me baje sus películas, y en cambio a mí me pueden cambiar la vida.

Gracias.

4 comentarios:

  1. Juan Manuel,
    Excelente. Estoy de acuerdo con usted. Yo compro discos que ya he escuchado pero quiero tener porque me gustan mucho. Creo que, si bien mucha plata se queda en el productor, la discográfica y demás, de algo tienen que vivir los músicos, por eso voy a conciertos, que además son la mejor experiencia. También sé que he leído libros que he bajado ilegalmente y que tal vez no habría encontrado jamás en una biblioteca o librería, aunque también me gusta comprar libros. Creo que uno ya no compra álbumes o canciones para conocer al artista, lo hace por tener el objeto, y es ahí donde pueden seguir explotando el mercado.
    Ps. Excelente el comentario del encabezado: "Escribo basura que me quita mucho tiempo, por la que no me pagan y que usted califica como nefasta. ¡Gracias por venir :)!"

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  2. Me encanta, muy cierto todo y encontraste la manera correcta de decirlo. Odio que digas que no tienes suficiente talento para la escritura. ;)

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  3. Gracias por sus comentarios, niñas. Lectores así de pilos hacen que todo esto valga le pena.

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  4. La música es un animal suelto. EXACTO... La música es camo el aire, está en todas partes, la hueles todo el día y lo mejor de todo es que (por ahora) el aire no lo cobran... O usted se imagina pagado por tanque de oxigeno ??? Muy buen articulo.

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